sábado, 16 de octubre de 2010

Coches


Sólo un minuto antes antes de llegar a casa he intentado contar todos los coches con los que me he cruzado: Los que iban en el sentido de mi marcha delante de mí y detrás a través del espejo retrovisor, los que venían en sentido contrario, los que estaban aparcados a ambos lados de la carretera. Sé de hecho, que aunque mi esfuerzo fue notable, mi vista no logró poder cuantificar la cifra real de vehículos que pasaron ante mis ojos. Definitivamente y aproximadamente fueron cuarenta.
Luego; multipliqué cuarenta por dos, porque pensé en ese momento que dos era el número de personas que se podían vincular directamente con cada uno de los automóviles con los que me había cruzado, posiblemente en algunos casos serían más, pero también en otros menos, éstos últimos en menor medida espero.
En conclusión me había cruzado de alguna manera con un pequeño pedazo de la vida de unas ochenta personas. Una vida única en este mundo.
En ese preciso momento mi vida fue sólo una más.

lunes, 6 de septiembre de 2010

La Playa

Es algo extraño lo que ocurre en la playa un luminoso y caluroso día de verano. La permanencia durante unas horas en la misma funciona a modo de terapia gratuíta que ayuda a superar algunos de los enfoques negativos del entorno.
En el caso de que la estancia en el planeta tierra no sea del todo placentera se puede recurrir a iniciarse en esta sencilla práctica donde el vaivén de las olas, el murmullo del mar o los gritos de los niños al tirarse bolas de arena terminan provocando una sincera mejoría en el estado de ánimo.
La playa ofrece un mensaje sin concesiones que se dispara a discrección con el objeto de impactar en algún lugar de la cabeza y desatar una lluvia de confetti de colores y bienestar. Tal mensaje corroe como un virus y se propaga en cada uno de los seres humanos que ilusionados pisan la arena.
Está claro que la sensación dura precisamente sólo esas horas en las que permanezcamos en dicho lugar, pero no por ello debemos de quejarnos.

sábado, 28 de agosto de 2010

Hoy he sonreido


Antaño, sucedía a veces, que tras un día agotador y una noche revitalizadora, me levantaba al día siguiente sintiéndome de alguna manera limpio, en blanco, en espacio.
Era una sensación increíblemente placentera que de alguna forma me abría de lleno a experimentar las nuevas experiencias del día. Esta sensación daba lugar a una ilusión sin parangón que se filtraba en cada una de las fibras de mi cuerpo y que, por algún extraño motivo, me hacía sonreir.
Actualmente, existen mañanas, donde esa misma sensación, no toda, pero una pequeña parte de ella, parece florecer de nuevo de manera cautivadora en algún lugar de mi ser y aunque no termina de desarrolarse de tan singular manera, al menos, me retrotrae a lo que en algún momento de mi vida ello llegó a significar.
Hoy, al despertarme, sin saber por qué, he sonreído.

jueves, 19 de agosto de 2010

...


Los días se tornan agobiantes y las mentes enfermas se singularizan en abastracción extrema sobrevolando las fauces de un infierno antagónico.
La realidad se subestima y el plano subjetivo ahorra ahora suspicacias en los límites del desconcierto.
Es indudable la incomodidad y la huida se torna difícil.
Cuando las cosas a nuestro alrededor fallan nos vemos obligados a dejar de creer.

domingo, 25 de julio de 2010

Una pequeña celebración


Podría decir que hoy es un día especial. Sencillamente porque hoy sigo aquí y mi pequeña victoria merece una celebración. Puede que consista tan solo en repetir en voz alta alguna famosa cita, recordar una copiosa y sabrosa cena, reirte de cosas absurdas del pasado o prometer de corazón cosas que posiblemente no cumpla en el futuro.
Pero hoy puedo decir que sigo aquí.

domingo, 11 de julio de 2010

Conan. Uno de los héreos (es decir, héroes) de mi infancia.


Una de las fotos de jason Momoa en la piel de Conan en el futuro remake.

jueves, 8 de julio de 2010

No es costumbre

Aunque no es costumbre colgar videos en este espacio, éste me ha parecido interesante y como yo aquí hago lo que quiero, aquí va:

jueves, 24 de junio de 2010

Arrastrándome

Reptando como una serpiente herida tiento con beneplácito subjetivo todas las corrientes que de forma proximal transcurren ante mí.
No sé si lo que veo es ahora lo que en realidad es, aunque si pienso que si pudiera organizar mi vida de otra forma y ejercer algo más de control sobre las cosas que ocurren no sentiría que las horas, los días y las semanas pasan de una forma tan desmesuradamente rauda. Pero ha de ser así.
Deseo que alguien me invite a soñar la vida para escupirle a la cara y decirle luego que lo siento porque éso ya lo he vivido yo antes.

sábado, 22 de mayo de 2010

La Normalidad


La inactuación resta tiempo al transcurso del progreso de la vida en general, pero en definitiva, favorece la progresión del desarrollo cognitivo, por lo que no tengo claro cuánto de mala ha de ser ésta. Está claro que la Normalidad no permite la inactividad porque generaría dudas y por éso la Normalidad no la aprueba. La clasifica de mal social, proporcionando así una mala imagen de ésta frente a los demás.
El tiempo de reflexión resulta tremendamente peligroso para cierto tipo de individuos que analizan paso a paso su consecución como seres individuales y su relación con el entorno que los rodea.
Fueron precisamente individuos como éstos quienes formularon las preguntas más introspectivamente confusas que la humanidad ha llevado arrastrando desde los confines de los tiempos.
Hoy en día prima eliminar a este tipo extraño de individuos, porque ellos no se amoldan a la Normalidad y la Normalidad está en lo correcto, porque la Normalidad no tiene que pensar más de lo que la Normalidad permite hacerlo, y así, no existe problema alguno de que la Normalidad piense, y quiera, y necesite, y anhele, y desee más de lo que la Normalidad le exige que lo haga.
¡A tomar por culo! posiblemente soy de los extraños.

domingo, 16 de mayo de 2010

El sexto sentido


¿Por qué cuando entrecerramos los ojos mirando la portada de la película "El sexto sentido" acabamos viendo las cifras 116 en color naranjado sobre fondo negro?.
El 6 supongo que viene justamente del número que aparece en el título...pero...¿los otros dos dígitos? Supongo que será un enigma.

domingo, 25 de abril de 2010

El límite de la libertad


¿No finaliza el limite de la libertad de uno justo donde empieza la libertad del otro?

La estigmatización de algunos grupos es tan antigua como la propia existencia y en muchos casos se justifica basándose en indicios externos por los que sean fácilmente identificables, ya sean éstos, cacterísticas étnicas o algún tipo de motivo simbólico.

La adaptabilidad a una cultura no se ha de basar nunca en la imposición, porque esta herramienta termina siendo un obstaculizador de la libertad de la persona afectada. La adaptabilidad a una cultura se ha de basar en la exposición, la información, la dedicación y sobre todo en la integración, hasta que la transformación surja si cabe y sólo en el caso de que sea así decidido por el propio individuo, por su propia elección y nunca como una medida de presión del entorno que solamente derivaría en una defensa de la identidad.

Las presiones culturales no resultan beneficiosas sea cual sea el lugar de donde procedan.

viernes, 2 de abril de 2010

En todas direcciones

De la anomia surge el conflicto. Entonces se deambula en todas direcciones pero sin ningún sentido y las identidades grupales no cubren las expectativas confundiéndose las personas entre éstas y aquellas ideas y pareceres. Cambiando.
No existe nada realmente que pueda controlar la situación, ni siquiera los instrumentos que han sido diseñados para hacerlo y que prefieren no interferir en lo que creen escapa de sus capacidades porque revelaría cuáles son exactamente éstas. Si su intervención puede estar condenada al fracaso más les vale pisar con pies de plomo y moverse a cámara lenta cuando todo lo demás suena crudo tal clásico tocadiscos a 45 rpm.

domingo, 14 de marzo de 2010

¿Qué te llevarías a una isla desierta?

Últimamente me he dado cuenta de que tengo una exagerada dependencia tecnológica y ésta está acabando por ser como una jodida adicción.

Ante la pregunta ¿Qué te llevarías a una isla desierta? lo tengo fácil. Sencillamente no iría a una isla desierta.
Porque al fin y al cabo ¿quién habría de obligarme a ir a una isla desierta si yo no quiero ir a ninguna isla desierta? ¿Por qué coño entonces debo de pensar en ello?.

sábado, 6 de marzo de 2010

Aquello que no es él


Sin plantearse otra solución salvo la del despiste, una conducta empíricamente aprendida por condicionamiento instrumental que le ofreció tantos beneficios en el pasado, este animal sin nombre que forma parte de la especie humana, confía en que el mismo comportamiento le siga concediendo tan sinpares beneficios en el futuro.
Lo que realmente no sabe, o puede que sí, pero que su escasez de recursos le impide comprender, aquello, que no debe ser clasificado como él ya que el pronombre lo humanizaría en demasía, deja a su espalda un haz de mentiras nada piadosas que ha terminado por adelantarse a la llegada de su propia entidad.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Pruebas

Explicándole a una compañera cómo hacer un blog.

jueves, 11 de febrero de 2010

Algunas cosas



Conforme pasa el tiempo me doy cuenta de algunas cosas que dejé atrás y a las que no presté demasiada atención y éso es bonito ya que todavía tengo tiempo de poder hacerlo.

sábado, 6 de febrero de 2010

Mar de humo

Y la velada quedó cubierta por un manto de oscuridad, y la oscuridad abrigó una capa de humo de cigarrillos que impregnaba todo concepto textil que encontraba a su paso.
Sólo unas tenues luces rojas sirvieron de faro reconfortante en el mar de humo. Funcionaron de guía espiritual indicando el origen de la bendición en el espeso ambiente o como muchos la llaman, la maldición sucia con un destino ansioso, directo y jodido.
Surgieron las presuntuosas figuras cortando la densidad que las distanciaba de mí, y a ráfagas, con sus diabólicos contoneos y un sonido atronador desquebrajaron cualquier atisbo de pensamiento entre esto y lo otro y esto y aquello. Todo empezó y en menos de un instante todo terminó.

jueves, 4 de febrero de 2010

Ellos

Ellos no nos enseñan. Ellos sólo nos indican lo que tenemos que pensar. Ellos nos obligan sugiriéndonos.

jueves, 28 de enero de 2010

Metafóricamente hablando

Parece ser que algunas personas piensan que su opinión pesa tanto como el plomo y tal vez esto sea así, metafóricamente hablando.
Hay alguien que dijo que una de las bases de la vida es la ilusión, y que ésta se compone de pequeñas metas a corto plazo, genorosas metas a medio plazo y metas extraordinariamente exultantes a largo plazo.
Quien exhorta un preciso y muy poco espontáneo comentario sobre alguna de estas metas sin otro fin salvo el de la crítica, independientemente del nivel del que se trate y claro está; expresada de una manera tan sutil que impida una respuesta directa, debería revertir la piel que cubre su cuerpo comenzándola a arrancar desde sus pies, de tal forma, que cuando finalice este proceso, su boca acabe pegada a su culo.

viernes, 22 de enero de 2010

La guarida del gusano


La tarde entraba discretamente en el pueblo y Emiliano salía de su casa para hacer algún recado. Vestía una camiseta blanca descolorida y caminaba torpemente debido a su edad.
María, que perdía el tiempo sentada en un pequeño tablón, lo miró con compasión.

En ese preciso momento una música atronadora cruzó la calle desde un coche "tuneado", entonces Emiliano giró sobre sus propios pasos y debió preferir volver a salir un poco más tarde porque volvió a entrar en su casa.

Unos niños negros y blancos jugaban cerca de la orilla de la playa cuando Marcelo dobló alegremente la esquina del bar Telémaco.

María le habló de Emiliano. No entendía como aquel hombre vivía solo en aquella casa a la que llamaban "la guarida del gusano", su avanzada edad y lentitud de movimientos seguramente le impediría mantener la casa limpia y ordenada.

Marcelo miró entonces un poco avergonzado a María y reconoció que él a veces visitaba a Emiliano, solía ir algunos lunes y todos los viernes. En ocasiones incluso desayunaba allí durante el descanso de las clases. Alguna vez llegó a echar una cabezada hasta que llegaba la hora de marcharse. Se sentía muy bien en "la guarida", aunque reconocía que las paredes de la casa tenían hollín.

viernes, 15 de enero de 2010

Perderme

Casi no tengo fuerzas para hablar, ni para moverme, para comenzar o para terminar, pero no es un castigo físico el que sufro, sino cognitivo, y el desgaste que provoca es mayor si cabe y sino con certeza se sitúa a la par.

Una fuerza interior que me ha llevado a intentar explorar mis propios límites me llevará seguro a un fracaso absoluto. Porque el éxito no sólo se mide por lo que consigues sino también por lo que pierdes y es clara la correlación entre las variables que afectan al éxito y también al fracaso. El término medio es la homeostasis. Es ésta la perfección y no se prolonga excesivamente en el tiempo si tenemos la suerte de alcanzarla o de que nos alcance, porque no giramos alrededor de las cosas sino son las cosas las que giran a nuestro alrededor y aunque alcemos las manos con ahínco no siempre lograremos prender el equilibrio de la perfección.

Estoy seguro que ya estoy empezando a perder, estoy seguro de que ya he perdido y perder es una palabra que evoca sentimientos negativos. Perderme no obstante supone una exclamación de libertad. Un grito de "quiero" al espacio infinito que se pierde en el inconmesurable destino en el que en realidad no creo.

sábado, 2 de enero de 2010

Un nuevo año.

La Catarsis. Una huida. Un reencuentro. Un comienzo. Las posibilidades del nuevo año resultan infinitas. Es el momento por antonomasia de reflexión y ¿por qué no? de purgación.
Inspirar las nuevas metas a cumplir y a expirar nuestros espesos fracasos. Las metas se deben adecuar a las circunstancias y a los nuevos "yo" que fluyen diariamente de nuestro interior, que eternamente lo harán y que se acomodan coherentemente a nuestro sentimiento de identidad personal y transcendente.
La Catarsis. Una apuesta de un futuro sin desdicha. Una ilusión incrustada en un horizonte, amplio, que converge es un destino infame y que desgranará poco a poco, trozo a trozo, cada uno de los fragmentos de nuestros más intensos deseos.
Un nuevo año, la catarsis. Una intención de cambio que flota en un océano de náufragos atolondrados y confusos que jamás nadie alcanzó a ver con el catalejos de esperanza.
Un nuevo año. Una huida. Un reencuentro. Un comienzo.