¿No finaliza el limite de la libertad de uno justo donde empieza la libertad del otro?
La estigmatización de algunos grupos es tan antigua como la propia existencia y en muchos casos se justifica basándose en indicios externos por los que sean fácilmente identificables, ya sean éstos, cacterísticas étnicas o algún tipo de motivo simbólico.
La adaptabilidad a una cultura no se ha de basar nunca en la imposición, porque esta herramienta termina siendo un obstaculizador de la libertad de la persona afectada. La adaptabilidad a una cultura se ha de basar en la exposición, la información, la dedicación y sobre todo en la integración, hasta que la transformación surja si cabe y sólo en el caso de que sea así decidido por el propio individuo, por su propia elección y nunca como una medida de presión del entorno que solamente derivaría en una defensa de la identidad.
Las presiones culturales no resultan beneficiosas sea cual sea el lugar de donde procedan.
2 comentarios:
Cuando se habla de libertad, haciendo referencia a las culturas, no podemos irnos a los extremos, debemos acogernos a la ética Aristotélica, una ética que encuentra en el medio la virtud y por lo tanto también la felicidad. Otra cosa es cuando hablamos de libertades personales... Y digo que debemso acogernos a la ética Aristotélica porque si nos vamos a un extremo caeríamos del lado del etnocentrismo cultural y si nos vamos para el otro caeríamos del lado del relativismo cultural y no es ni una cosa ni la otra... A mi enterder, hay muchas situaciones en las relaciones interculturales en las que la libertad de un individuo comienza sonde termina la del otro, pero... ¿quién es capaz de afirmar que su cultura es mejor que las demás?? o ¿quién es capaz de afirmar que toodas las culturas son "válidas"??
Creo que todo tiene un término medio y es en el encuentro entre culturas y el respeto mutuo, en donde podemos enriquecernos unos de otros, pero sin imposiciones ni dominaciones....
Gracias por el comentario.
Publicar un comentario