viernes, 9 de mayo de 2008

El Don

"Bien natural o sobrenatural que tiene el cristiano respecto a Dios, de quien lo recibe"... esta primera descripción no nos interesa por diversos motivos. El primero es porque no es la definición a la que me refería.
"Gracia especial o habilidad para hacer algo". Ésta es la que nos interesa.
El "Don" viene a ser un atributo que hace destacar a un humano de la generalidad a la hora de realizar sus emprendedurias. Puede ser un Don artístico, un Don empresarial, un Don deportivo o incluso el famoso "Don de gentes" entre otros.
El tema de este fragmento en mi espacio dedicado a tan intrincado concepto viene a resumirse en una pregunta: ¿Tenemos todos un Don?

Todos tenemos aptitudes para desarrollar actividades que lleguen a buen fin, de hecho esto lo hacemos a diario. Claro que a veces mejor y a veces peor y entonces... ¿ya no es un Don?
Reconozco que no soy un erudito deportivo, de hecho soy menos que eso, pero todos podemos reconocer, creo, que Fernando Alonso por ejemplo tiene un Don, pero sin embargo las últimas circunstancias han provocado que no lo parezca. ¿Ha dejado entonces de tener un Don?.
Michael Jackson (cantante). Actualmente todos nos reimos y sorprendemos de alguna de sus peripecias, pero hace 20 años, puede que más incluso, todos afirmaban que tenía un Don. ¿Es que Michael ha perdido ese Don?
¿Cómo podemos saber que alguien que acabamos de conocer y que no realiza una actividad con una precisión encomiable no tiene sin embargo ese Don?¿O es que ya no lo tiene?
Si esto fuera así: entonces la "gracia" se pierde. El Don no es eterno. El Don es finito. Si alguien despunta en una determinada actividad al menos una vez, ¿se podría decir entonces que tiene un Don? ¿O para tener un Don hace falta hacerlo un buen puñado de veces? Y si esto es así ¿Quién sabe cuantas veces ha de provocarse una determinada acción para que se convierta en Don? ¿Tiene la persona que decide quién posee un Don el Don a su vez en esta cuestión?
Otra de las dudas que surgen en torno a este concepto es su relación con la casualidad. Quiero decir, que puede haber personas con las mismas o incluso mejores aptitudes que Fernando Alonso, pero que, por diversos motivos, no han podido desarrollarlas. Puede que durante su vida, ni siquiera se les pase por la cabeza. Entonces: ¿Estas personas tienen el Don o no lo tienen? ¿Puedo afirmar sin lugar a dudas que tengo el Don para pilotar coches de Fórmula 1 o que tengo los medios y la suerte de poder hacerlo?
Es confuso el Don, es finito y gira en torno a las casualidades, el Don acaba siendo suerte y la suerte Don. A partir de hoy tenemos que pensar que nuestro Don puede estar ahí esperando que lo encontremos, incluso puede que nos encuentre él a nosotros. A lo mejor ahora mismo, o mañana te cruces con una persona que tenga algún Don. Si es así, díselo, porque puede que él no se haya dado cuenta aún y sobre todo, puede que al día siguiente ya no lo tenga.


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