viernes, 25 de julio de 2008

La verdad del consejo


Es muy complicado dar consejos, porque éstos son siempre propuestos desde la moral de la persona de la que surgen y su escala de valores no ha de coincidir de forma implacable con la persona que ha de recibirlos o de la que se cree que ha de hacerlo.
Se podría por tanto afirmar que no todos los consejos son aplicables a según que tipo de personas y sobre todo que una determinada cosa no ha de ser buena simplemente porque es motivo de acción de la mayoría. No hubiera sido posible la evolución social si nos hubieramos acogido a todas las verdades absolutas que han regido nuestra actividad sustancial a lo largo de los siglos.

Es propio de la tolerancia, el respeto a los demás y sobre todo de la comprensión de la condición humana considerar a las personas como la individualidad que son y no como la generalidad en la que la mayoría de las ocasiones se confunde.
Quien se arriesga a dar un consejo tajante; se basa en sus propias experiencias, en sus creencias, opiniones, en lo que considera su objetivo prioritario en el transcurso de su vida. Con todo ésto; simplemente muestra su orden de prioridades vitales y es de necios creer que éstas han de ser las mismas que la del resto de sus semejantes.

No hay comentarios: