Supongamos la muerte

Supongamos que muere alguien que lleva ya tiempo muerto y aunque todo el mundo lo sabe nadie lo reconoce, a lo mejor ni siquiera realmente lo saben, tampoco les importa. ¿Podríamos entonces decidir cuándo ha de hacerlo? ¿Y si lo justificáramos por un bien común? Hasta en la muerte el personaje sirvió para algo.

La historia está llena de entresijos que en muchas ocasiones ni la fantasía del cine se acercaría a descrifrar ¿lo hará la historia?... es un suponer.

Más de mil batallas

Encerrado en un tiempo indeseado, rodeado del hastío y sin pasión, se espera que en el ignoto inconmesurable del destino se sigan librando más de mil batallas que nos lleven a una emoción en su fase más básica y primitiva.

Esperando que encendiendo las llamas de la acción surja de esta peregrinación la llegada y de la llegada el calor y ¿por qué no? el valor para acometer, nos encontramos en el camino de ida. Camino cada vez más corto e indispensable.

Al menos no podré decir que no he hecho nada.

Sé algo que ellos no saben

Es una afirmación. Es la afirmación más condenadamente cierta y original que últimamente he oído la que despierta en esta ocasión la necesidad de volver a escribir un nuevo post en este blog.

Dice así: "sé algo que ellos no saben y es que van a morir" ¿No es cierto que la mayoría de las conductas que ejecutamos a diario se hayan supeditadas a una percepción de la realidad que es total y justificadamente ajena a esta afirmación y que justamente cuando reconocemos en un momento dado la misma es pese a la antítesis del argumento uno de los momentos donde nos reconocemos con la sabiduría necesaria para acometer el resto de nuestra existencia?.

Hacía tiempo...

Hacía tiempo que no entraba por aquí... tendré que ir pensando en volver a darle algo de "marcha" a esto...

De Privilegios y Derechos

En estos tiempos que corren en el que trabajar acaba siendo un Privilegio, afirmar rotundamente que el trabajar no es un Privilegio sino un Derecho y un Deber según el artículo 35 de la Constitución Española y dentro de los cauces morales adecuados.

Ir a comer a un restaurante y no tener que hacer la cola es un Privilegio, hacer cola y entrar el segundo o el tercero no es un Privilegio es un Derecho.

Desde hace bastante tiempo hay a quienes les interesa centrar nuestra atención en los que ocupan los primeros puestos de la cola para desviarla de quien gestiona la entrada y quien debiera establecer los mecanismos necesarios para que estas colas se agilizaran y no se tuviera que esperar en demasía en ella.

Todos estamos en el mismo barco pero no estamos remando en el mismo sentido. ¡Ah! y todos tenemos hambre.

La escafandra

Hace tiempo que mi escafandra se cerró y desde entonces ando sumergido en un universo paralelo que muchas veces consigue que evite tener que enfrentarme a las muchas decepciones que me depara el día.
Noto que poco a poco salgo a flote. En ocasiones escucho algún sonido de la superficie y el batir de las olas de la orilla. Sé que tarde o temprano volveré a verme las caras con mi infierno y lo único que alcanzo a pensar es si seré o no capaz de enfrentarme de nuevo a él y más alla, si realmente es éso lo que quiero.
No creo que tener infiernos sea malo. Tampoco lo es fabricar una escafandra y mucho menos verte obligado a usarla.
Creo que la vida es muy emocionante.

Obsesiones

Si de obsesiones habláramos no podríamos hablar de otra cosa. Hay una cita de un amigo que tuvo la ocurrencia de decirme a principios de este verano y que ha dejado de martillear en mi cabeza durante todo su transcurso. "El verano es para nacer y el invierno para follar". No sé exactamente a qué se refería cuando sentenció la frase pero creo que rompería la magia tener que preguntárselo.