Cuando todo parece perdido y nada parece avanzar, resulta que una pequeña luz amanece en el vacío y trae consigo un soplo de esperanza y de prosperidad.
Esas pequeñas luces no permanecen eternas allá donde habitan, por lo que si alguna vez, justo en el preciso momento en que crees que ya nada tiene solución aparece una, agárrate con tal fuerza a ella que el calor de tu cuerpo acabe haciéndola estallar, ramificándose y regando de claridad a cada uno de los poros de éso que algunas personas han decidido llamar vida y otros simplemente no nombran para no perderse en descripciones abstractas.
Esas pequeñas luces no permanecen eternas allá donde habitan, por lo que si alguna vez, justo en el preciso momento en que crees que ya nada tiene solución aparece una, agárrate con tal fuerza a ella que el calor de tu cuerpo acabe haciéndola estallar, ramificándose y regando de claridad a cada uno de los poros de éso que algunas personas han decidido llamar vida y otros simplemente no nombran para no perderse en descripciones abstractas.